LO QUE QUEREMOS NOS CUESTA
Confiad en Jehová perpetuamente, porque en
Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos. Isaías 26:6
En todo el trascurso de nuestra vida vamos a
tener sueños, esos sueños generan impulsos que nos permite seguir día a día, la
pregunta es ¿nuestros sueños, son los sueños de Dios?... en cada momento
yo me pregunto que si lo que quiero , también le agrada a Dios, y siempre digo, señor más que mis sueños que sean tus sueños, porque lo que planeas
siempre es perfecto.
Los sueños están directamente relacionados con
la mente y el corazón de cada persona. Si eres avaro y egoísta, difícilmente
tendrás un sueño generoso. Pero si tienes buenas intenciones y tus sueños
se relacionan con el beneficio de muchos, éstos se adhieren a tu corazón y tu
mente, entonces tienes más posibilidades de alcanzarlos.
Si sueñas con ser doctor y sanar a las
personas, ten por seguro que todo obrará a bien. Serás más exigente y soñarás
con un hospital para niños con cáncer. Los buenos sueños se amplían y
fructifican. Por eso es importante que cuides tu corazón y expandas tu mente.
Cuídate de ti mismo y de tus debilidades porque así cuidas tus sueños.
Siempre pregúntate ¿será eso lo que me conviene?,
algo que siempre hago cuando voy a tomar una decisión es preguntarle al que lo
sabe todo si está de acuerdo, y si es así, sigo el transcurso del camino, y
para tomar una buena decisión debemos ser sensibles a la voz de Dios,
y a pesar de las dificultades seguir al frente, no rendirse, porque si en mí
nació un sueño de parte de Dios hay que seguirlo hasta el final.
aquí viene una palabra muy importante la
persistencia: esto me recuerda de hace unos días, cuando salía con mi amiga
carolina a patinar, aunque me caí muchas veces siempre, me levantaba y
seguía intentándolo, en un momento no quería seguir más y me provocaba
ponerme a llorar, pero en ese momento ella me dice levántese, que usted si
puede, así es Dios con nosotros cuando ya no podemos nos dice que nos
levantemos y nos da su mano amiga para enfrentar la batalla y poder
cumplir el objetivo dado, no hay prueba que dure cien años, ni cuerpo que no
pueda resistirlo, Dios nos da conforme a nuestra capacidad, y si queremos
llegar a la cima debemos aprender a afrontar las dificultades.
Y algo muy importante debemos prepararnos para
recibir la bendición, según nuestra madurez, y nuestra preparación así mismo
recibiremos, Dios nos da según nuestra madurez espiritual. No hay que olvidar
que él siempre está con nosotros, y en los momentos que creemos que estamos
solos, es cuando nos está llevando alzados.
Nuestra vida debe estar siempre conforme al corazón de DIOS
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